El Patriarca centenario de la casa Leonardi no se arruga, al contrario, disfruta sorprendiendo y asombrando a los pocos afortunados que podrán apreciar la riqueza de aromas, la complejidad del ramo, la densidad con cuerpo y la armonía de sabores agridulces. Simboliza la tradición heredada de los antepasados Giuseppe y Vito Leonardi, que hoy continúa con Giovanni y Francesco.
Se puede degustar puro como digestivo o para abrir el apetito, con fresas y helado, un derroche de sensaciones que en boca recuerdan al chocolate negro y la cereza negra...
Serie limitada y numerada en caja regalo